diarioforense

17.3.06

un asesinato con poca pena

Los juicios con jurado son especiales. Los jueces profesionales han visto demasiado para sorprenderse con algo. Era un señor muy mayor, con un alto sentido del honor, de la palabra, recto en su vida personal. Su hija enviudó muy joven y tuvo que sacar adelante a su bebé afrontando la pérdida de su marido. Eran vecinos. El yerno prematuramente fallecido no tenía más familia que su madre. La joven viuda, el bebé y la suegra vivían juntas. Cuando el Alzheimer entró en sus vidas todo se alteró. Visitas constantes a los médicos, movimientos repetidos, gritos, insomnio. No había día en que la pobre enferma enbadurnara las paredes con sus heces. La solución lógica era el internamiento en una residencia especializada. ¿Qué dirían los vecinos en un pueblo de un millar de habitantes si la internaban?.
Menudo sufrimiento. El señor mayor no podía resistir ver como su hija se enterraba en vida. Viuda joven con una hija muy pequeña, dependiendo día y noche de una pobre vieja a la que el Alzheimer había recluido en un mundo personal.
La mató una tarde de domingo mientras se atiborraba de pastillas para suicidarse. Cuando las pastillas empezaron a adormecérlo le pareció que aún respiraba. Le dió un martillazo pero ya estaba muerta.
No llegamos a un jurado. "Solo quería que mi hija dejara de sufrir", "soy culpable", "me intenté aplicar la pena de muerte pero me salió mal", "me salvaron sin que yo lo pidiera".
El Fiscal, reticente al principio, aceptó rebajar la petición de condena a dos años (eximente incompleta de enajenación mental, atenuante de contribuir a esclarecer los hechos, atenuante muy cualificada de reparación del daño). La pena se ha suspendido.
Él no entiende como asesinar no tiene pena. Su pena es no existir, es transparente en la residencia en la que se ha recluido voluntariamente. Se niega a volver al pequeño pueblo en que cualquiera le juzgará y le condenará. Su familia sufre, él sufre, su consuegra con Alzheimer ha dejado de sufrir.

16.3.06

todo es empezar

Hay que decidirse. Llega un momento en que tienes que hacerlo.A quien le importa lo que pienses de un procedimiento. ¿Cómo resolver el problema de un desesperado?. La importa a tus contrarios, a los jueces, a los fiscales. Nos tenemos que recordar todos que "sólo es un trabajo". Que consiste en hacerlo lo mejor posible, ganar o perder no depende de tí. Házlo lo mejor que puedas. Intenta que te paguen por tu trabajo. Que queden contentos. Si no puedes dormir por un asunto solo es culpa tuya. No sabes distinguir los problemas de los demás de los tuyos propios. Es un error sufrir por los problemas ajenos. Tienes que recodar qué te impulsó a ser abogado. Ayudar a los demás, resolver problemas. Ahora sufres, pues te fastidias.